


Se concibe como arquitectura bioclimática el diseño de edificios y cualquier otro tipo de infraestructura, teniendo en consideración el aprovechamiento de las condiciones climáticas. En un país que recibe luz solar durante 300 días y 2.500 horas al año, un concepto tan innovador como necesario surge como prioridad constructiva.
Así pensado, las pérgolas bioclimáticas funcionan como interruptor natural para gestionar la entrada de luz natural y conseguir un confort térmico óptimo. La opción de gestionar inteligentemente el movimiento de las lamas de la pérgola es la clave para crear una temperatura agradable. Con diferentes posiciones se consiguen diferentes ambientes con mayor o menor ventilación natural y entrada de luz solar.
A nivel práctico, el gran factor diferencial de la pérgola bioclimática es la reducción del consumo energético asociado al mismo, siendo la extensión perfecta de cualquier vivienda #Passivhauso o #casapasiva, pero… ¿Qué es una casa pasiva?.

En general, para que se considere a una vivienda casa pasiva o #passivhaus #passivhausdesign, debe cumplir al menos estas 5 condiciones:





De esta forma, la pérgola bioclimática es una estructura exterior totalmente conectada con las necesidades de las viviendas #Passivhaus. Sin duda, es un producto de máxima eficiencia energética y, al prescindir de sistemas de climatización artificial, un considerable ahorro económico.
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